lunes, 22 de abril de 2013

Inteligencia y Creatividad



El hecho de que el cerebro destine la mayor parte de su actividad a la autopercepción, sugiere la idea de que la inteligencia guarda relación con la buena memoria. De hecho, un gran número de investigadores han demostrado que todos los niños superdotados estudiados por ellos disponían de una memoria extraordinaria, y lo mismo ocurre con los jugadores de ajedrez, los matemáticos, los compositores y los virtuosos del violín. 

El interés por los individuos superdotados ha dado lugar a grandes controversias. Una de las primeras fue desatada por las investigaciones del médico y criminalista italiano, Cesare Lombroso (1836 - 1909), quien en su libro, Genio y locura (1864) afirmó que existía una relación entre genialidad y locura. Algunos investigadores norteamericanos, más sensatos, se opusieron a esta tesis y se esforzaron por determinar los factores responsables de la inteligencia para intentar medirlos después. El resultado de estos estudios fue el CI (o cociente intelectual) que parte de un valor promedio de 100, por debajo de él se sitúa la mitad menos inteligente y por encima la más inteligente. 

La idea de que existe una relación entre la genialidad y la locura fue refutada empíricamente en los años 1920. Terman, un investigador norteamericano, fue el primero que sometió a pruebas de larga duración a personas con un CI superior a ciento cuarenta, llegando a la conclusión de que la mayoría de los superdotados son más maduros, más equilibrados psíquicamente, e incluso más sanos físicamente que las personas con un cociente intelectual medio. Pero el CI siguió siendo cuestionado. El descubrimiento de que la inteligencia es en gran medida un rasgo congénito provocó violentas reacciones a tiempo que bajó los humos a todas las utopías educativas, pues solo si se admite que la inteligencia depende fundamentalmente de la influencia del medio social es posible sostener la esperanza de que la educación pueda hacer entrar al ser humano en razón. Esta postura constituye una excusa consoladora para muchos, ya que su posición rezagada con respecto a los más aptos no se debería a su falta de inteligencia sino a un medio social hostil. 

El triunfo del principio según el cual el éxito debe ser el resultado de la formación y de las capacidades individuales acaba por dividir a la sociedad en dos clases, la clase inferior de los menos capacitados y la clase superior de los más capacitados. De este modo los socialistas cambian su doctrina y adoptan el principio de vía libre para los más aptos. Posteriormente, cuando la clase superior pretende volver a hacer hereditarios sus privilegios, la insatisfacción colectiva de los menos capacitados da lugar a una revuelta. 





Quienes protestaban contra la idea de que la inteligencia era un rasgo heredado, eran víctimas del famoso error de Procusto, cuyo origen se remonta a la Antigüedad. Recién implantada la democracia ateniense, el Areópago encargó a Procusto, miembro de la Academia, investigar empíricamente la desigualdad entre los atensienses sirviéndose de instrumentos de medida psicométricos y fisiométricos. 

Procusto construyó como instrumento de medida su famoso lecho. Tras adaptar a todos los sujetos de investigación a ese lecho estirando o cortando sus cuerpos, elevó a la Academia de las Ciencias  de Atenas el siguiente comunicado: todos los atenienses son igual de grandes. El resultado fue tan desconcertante para el Areópago como esclarecedor para nosotros. Procusto había maliterpretado la esencia de la democracia. Había creído que la igualdad política y la igualdad ante la ley se basaban en la igualdad de los hombres, eliminando sus diferencias. 

La creatividad, pensamiento original, imaginación constructiva, pensamiento divergente o creativo, es la generación de nuevas ideas o conceptos, o de nuevas asociaciones entre ideas y conceptos conocidos, que habitualmente producen soluciones originales. 

El pensamiento original, como ocurre con otras capacidades del cerebro (inteligencia, memoria), engloba a varios procesos mentales entrelazados que no han sido completamente descifrados por la fisiología. El pensamiento original es un proceso mental que nace de la imaginación. No se sabe de que modo difieren las estrategias mentales entre el pensamiento convencional y el creativo, pero la cualidad de la creatividad puede ser valorada por el resultado final. 

Las personas creativas poseen los siguientes rasgos comunes: 


  1. Confianza en sí mismos
  2. Valor
  3. Flexibilidad
  4. Alta capacidad de asociación
  5. Finura de percepción
  6. Capacidad intuitiva
  7. Imaginación
  8. Capacidad crítica
  9. Curiosidad intelectual
  10. Características afectivas de sentirse querido y protegido
  11. Soltura y libertad
  12. Entusiasmo
  13. Profundidad
  14. Tenacidad

Es muy difícil captar la inventiva a través de un test formal, y por otra parte, los tests de creatividad son tan dignos de confianza como aquellos de inteligencia. Los procedimientos típicos para evaluar la creatividad se basan en cuantas respuestas insólitas u originales es capaz de dar el sujeto a preguntas tales como ¿Cuántos usos cree que pueden darse a un ladrillo? o bien ¿Qué consecuencia se derivaría del hecho de prohibir los vehículos privados?, lo que revela la existencia de dos estilos mentales básicos: el convergente y el divergente. 




El sistema educativo escolar en Occidente favorece al niño de inteligencia no creativa (el convergente) en detrimento del niño creativo. El niño creativo puede tener una personalidad no del todo deseable: es fácil que resulte tímido, reservado, poco inclinado a creer en todo momento en la palabra del profesor, prefiriendo seguir sus propias inclinaciones antes que atenerse a las limitaciones del programa de estudios. Por el contrario, el divergente es, por definición, una persona que se adecua con facilidad al tipo de trabajo que exige el aparato académico, sin poner en tela de juicio su orientación intelectual y pedagógica. Un componente importante de la creatividad es la independencia respecto a las opiniones de los demás. El individuo creativo da su opinión después que un cierto número de personas haya dado las suyas. 

Hasta no hace muchos años, se pensaba que el cerebro tenía zonas exclusivas de funcionamiento, hasta que por medio de imagenología se pudo determinar que cuando se realiza una función, el cerebro actúa semejante a una orquesta sinfónica, interactuando varias áreas entre sí. Además se pudo establecer que cuando un área cerebral no especializada es dañada, otra área puede realizar un reemplazo parcial de sus funciones.  Hay muchas teorías sobre como cada hemisferio cerebral afecta la manera de pensar de cada persona. Una de ellas divide los pensadores en dos campos: simultáneos  visuales y y secuenciales lineales. 

De acuerdo a esta hipótesis la mayoría de las personas diestras (que usan más su hemisferio izquierdo) procesan la información de manera secuencia lineal, en el que un esquema debe completar su procesamiento antes de que se pueda comenzar con el siguiente. En cambio, según esta hipótesis, los individuos cuyo hemisferio derecho es dominante, como ocurre con los zurdos y supuestamente con aquellos individuos creativos, procesan la información con simulaneidad visual, modo en que varios esquemas se procesan simultaneamente. 

La mayoría de las personas procesan la información utilizando el análisis que es un método de resolver un problema descomponiéndolo en unidades y analizando éstas una por una. En contraste, los individuos de simultaneidad visual y la mayoría de zurdos, procesan la información utilizando síntesis, en donde se resuelve un problema como un todo, intentando utilizar un método de relaciones para solucionar el problema. 




Ya que aun no sabemos con exactitud como funciona el cerebro humano, esta hipótesis sobre diferentes modos de procesamiento de la información deberá ser corroborada o descartada por investigaciones futuras. Estudiados por la neurobiología, los factores biológicos en su mayoría son debidos a la herencia. Así la maduración mental sigue un ritmo establecido por los genes. Es muy importante la influencia del ambiente, social y natural, que afecten al individuo. 

La capacidad creadora puede considerarse como pensamiento divergente, como la capacidad de pensar de un modo original e innovador, que se sale de las pautas aceptadas y logra encontrar distintas soluciones a un problema, incluso cambiando sus planteamientos. Del llamado pensamiento lateral o divergente hoy en día se sabe muy poco con certeza. Se sabe, por ejemplo, que los dos hemisferios del cerebro, réplica uno del otro, están implicados en diferentes tipos de actividad. El hemisferio izquierdo, más activo en los diestros, está especializado principalmente en los procesos relativos a la inducción, la deducción y el lenguaje, mientras que el hemisferio derecho nos proporciona las facultades de la visión y la memoria visual, el sentido espacial, la apreciación de la forma y del color y la creatividad. Su forma de elaborar y procesar la información  es distinta del hemisferio izquierdo. Centro de las facultades viso-espaciales no verbales, especializado  en sensaciones, sentimientos y habilidades espaciales, habilidades visuales y sonoras como las plásticas y musicales, integra varios tipos de información (sonidos, imágenes, olores, sensaciones)y los transmite como un todo. 

Quedan sin embargo, muchas áreas inexplicadas. Las relaciones anatómicas específicas entre las funciones intelectuales y los grupos de células del cerebro están todavía por definirse. Los procesos de la memoria a corto plazo y la memoria a largo plazo, la conciencia del propio yo, el subconciente, el lóbulo frontal y la personalidad, las endorfinas y demás neurotransmisores, el pensamiento, etc, son tan complejos que es posible que su funcionamiento a la totalidad del cerebro y no solo a regiones determinadas del mismo. Las investigaciones han demostrado que la innovación creativa requiere la coactivación y comunicación entre regiones del cerebro que en la mayoría de las personas están poco conectadas. Las personas muy creativas tienden a diferenciarse de otras en tres puntos: conocen muy a fondo esa actividad, son capaces de utilizar el pensamiento divergente mediante el lóbulo frontal, y son capaces de modular neurotransmisores tales como la noradrenalina y la dopamina en el lóbulo frontal. Parece que el lóbulo frontal es la parte del córtex más importante para la creatividad. 

Los diversos tipos de sociedades humanas limitan o potencian la creatividad de sus individuos y conforman su identidad. La tradición y la creatividad son partes complementarias de la inventivia humana, radicada en la imaginación, que se plasman formando los rasgos de identidad. La creatividad emana de la fantasía y de la imaginación, liberándose de la conformidad y de lo convencional, para llenar los vacíos que la mente lógica no es capaz de llenar, de pensamientos e ideas más allá de la realidad, proyectándolo hacia el mañana. 




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