miércoles, 26 de agosto de 2015

El futuro de las grandes ciudades




Los organismos vivos pueden usar una limitada cantidad de energía, mucha o poca es igualmente fatal a la existencia orgánica. Los organismos, sociedades, personas, así como las ciudades son delicados sistemas que regulan la energía y la ponen al servicio de la vida (Lewis Mumford, Sociólogo, historiador, filósofo de la tecnociencia, filólogo y urbanista estadounidense 1895 - 1990)

Ciudades que impresionan por su actividad, guardan sus misterios, sus secretos, que conviven en silencio (su historia, su arquitectura, su infraestructura con su presente de opulencia por un lado y de supervivencia y a veces miseria por otro. Por su importancia en la historia de la humanidad, la ciudad ha sido foco de mucha narrativa y de análisis científicos. Independientemente de la percepción, experiencia y opinión que tengamos de las grandes ciudades es inevitable ver que hoy estos grandes centros urbanos enfrentan un futuro incierto.

La ciudad energe a partir del neolítico, cuando la agricultura incrementó la densidad de los asentamientos. Se cree que la primera ciudad fue Uruk en Mesopotamia, donde en un futuro se encontró Babilonia, ciudad rica e ideal. A las ciudades del Medioevo cristiano e islámico se las ha definido se las definía como grises y lúgrubes. El Renacimiento crearía una nueva arquitectura urbana, apareciendo ciudades como Florencia. La Revolución Industrial construyó otro tipo de ciudades para diferente realidad económica y social. 

Las ciudades no solo concentran personas y actividades sino poder: la mitad de la población mundial vive en zonas urbanas, aunque ocupen menos del 3% de la tierra y consuman la mayor parte de la energía del planeta. El enorme crecimiento de muchas grandes ciudades se debe al aumento de la población mundial pero también al masivo movimiento de gente desde las zonas rurales a las zonas urbanas, importante tanto en Occidente como en Asia.






Existen ciudades históricas que fueron construidas con las manos (Venecia, Barcelona, etc) y ciudades construidas con máquinas (Dubai, Shanghai, Miami)También existen otras 22 mega ciudades con poblaciones que superan los 10 millones de habitantes. Tanto las mega ciudades como aquellas grandes ciudades enfrentan las mayores dificultades por la contaminación y/o la fatiga vinculada al agotamiento de recursos y espacios.

Ambas ciudades (las grandes y aquellas mega ciudades) hoy en día son ruidosas, congestionadas (aun con buenas autopistas y una buena red de transporte público), derrochadores de recursos, devoradores de agua, alimentos, combustible y energía, y productoras de enormidad de basura, polvo contaminante, esmog, ozono, monóxido de carbono, dióxido de azuftre, entre otros. La OECD estima que las ciudades hoy utilizan la mayor parte del flujo energético que se producen en el mundo (dominan el 82% del consumo mundial de gas natural, el 76% de carbón y el 63% del consumo de petróleo. Las 25 ciudades más grandes producen más de la mitad de la riqueza a nivel mundial.

Un gran impacto es la polución del aire, en París se extiende por más de 100 kilómetros fuera del área metropolitana. El segundo gran impacto es respecto al agua: tanto en las grandes ciudades como en las mega ciudades un tercio de sua habitantes viven en barrios pobres, la mayoría de las veces con nula seguridad de suministro de agua. Como consecuencia del cambio climático, ha aumentado el nivel del mar, afectando ciudades como Mumbai (India), ubicada en costas planas y con 25 millones de habitantes que hacen colapsar su sitema de aguas servidas. Un aumento del nivel del mar significa que, eventualmente, partes enteras de la ciudad quedarán sumergidas, envenenando sus acuíferos. 

A esta irracionalidad de crecimiento deformado en las zonas urbanas se suma la locura capitalista del crecimiento eterno al que sucumbe incluso China: según cálculos de sus autoridades y promotores, en los próximos 25 años se construirán 50.000 rascacielos en ese país, la mitad de lo que se planea construir en el resto del mundo. China cuenta, hoy en día, con 120 ciudades con mas de 1 millón de habitantes que consumen 55 millones de toneladas de carbón cada año, ciudades pobladas por las más de 400 millones de personas que abandonaron el campo en busca de oportunidades. 






La explosión de las mega ciudades ha creado una clase de asesores y académicos promotores activos del crecimiento de estas urbes con la idea de que de esta forma se crea riqueza: hay una complicidad que le sirve a los especuladores del sector inmobiliario y financiero, que aunque desprestigiado continúa promoviendo el crecimiento en base al crédito. Hay una ideología dominante en favor del crecimiento eterno que se propaga gracias a la falsimedia que funciona más que como agencia de información como agencias de propaganda de un sistema que está claramente colapsando. Por ejemplo, la revista Econmist y su "Intelligence Unit (Unidad de Inteligecia) ha dado un reportaje tan dudoso como fantasioso sobre las ciudades más habitables del mundo (todas localizadas en el llamado "Primer Mundo"), asegurando que hay ciudades paraísos y otras que están muy lejos de serlo, como Caracas, entre otras.

La existencia de las mega ciudades está ligada a la economía del mundo y el fracaso del modelo económico dominante no puede estar lejos del fracaso resultante de la realidad de la imposibilidad de crecimiento continuo e infinito. El agotambiento comprobable de importsntes recursos, como el combustible fósil y los minerales, la falta de enrgía y de agua, la proliferación de impactos negativos al medio ambiente, consecuencia de la extracción y uso de los recursos naturales, el cambio climático que ha comenzado a transformar regiones a través de sequíaso inundaciones y los trastornos financieros consecuencia de la incapacidad de nuestros sistema monetario y bancario y de la imposición de acarrear enormes deudas privadas y públicas pues gran parte del crecimiento económico del mundo occidental se ha debido a la generación de deudas de todo tipo en las últimas décadas, nos habla de este colapso. La solución no puede venir de manos de la tecnología, las comunicaciones o el internet. Se trata de problemas básicos y materiales que requieren soluciones fundamentales y materiales, un plan racional que considere la realidad y no la fantasía, que tome en cuenta el tamaño del peligro de colapso con potencialidad de terminar con la existencia humana. 

Una barrera importante que bloquea el entendimiento general sobre la severidad de los problemas que enfrentamos es la falta de ética reinante y la generalizada corrupción de las élites que manejan el poder y de sus administradores políticos en los países más agresores del mundo. Se ha impuesto un sistema irracional de crecimiento ilimitado de la economía que favorece la formación y establevimiento de centros urbanos enormes, de mega ciudades insostenibles. Si bien la realidad siempre encuentra la forma de traernos a la mesa, y el crecimento eterno y sin límites es una fantasía con sus días claramente contados, el problema será el trauma que ese despertar a la realidad ha de traernos. Trauma debido al alto nivel de dependecia que hemos alcanzado. Sin embargo, aunque sea difícil adaptarse a una vida más elemental, más sobria y balanceada, no debemos descartar la posibilidad en algunos lugares del mundo de que el sentido común se imponga y desarrollmos el potencial necesario para enfrentar las dificultades que nos esperan a nivel personal, de grupos humanos, e inclusos de países. 






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